Día 11: “Juan va a pedir limosna de casa en casa”





Para el año escolástico 1831-1832 Juan (que apenas tenía dieciséis años) pensó cambiar y pasar a las escuelas de Chieri. Eran mucho más exigentes que las de Castelnuovo.

Hacía falta comprar vestidos, zapatos, libros. Sobr etodo, era preciso pagar una pensión mensual.
Y los campos de su madre y de su hermano no eran una mina de oro.

En octubre, Juan dijo a su madre:
-Si le parece bien, tomo dos sacos y voy a hacer una colecta entre las familias del barrio.

Era un sacrificio duro para su amor propio. Don Bosco será el mendigo más grande del siglo XIX, pero siempre le costará pedir limosna. En aquel octubre venció por primera vez la repugnancia a extender la mano. El caserío de Morialdo es la suma de pequeños barrios y de casitas esparcidas. Juan fue de casa en casa. Llamaba a la puerta.

Decía:
-Soy el hijo de Margarita Bosco. Voy a Chieri a estudiar para sacerdote. Mi madre es pobre. Si podéis, ayudadme.

Le conocían todos. Habían asistido a sus juegos, le habían oído recitar el sermón, le querían mucho. Pero pocos eran gente acomodada. Le dieron huevos, maíz, alguna medida de trigo.

Una mujer generosa de Los Becchi, que tuvo que ir aquellos días a Castelnuovo, fue derecha al párroco don Dassano. Le dijo que era una vergüenza no ayudar en los estudios a un muchacho tan bueno y dejarlo ir a pedir limosna de casa en casa.

Don Dassano no sabía nada de ello. Creía que Juan en noviembre habría reanudado sus estudios en Castelnuovo. Se informó, y conocida con exactitud su decisión, recogió una pequeña suma y la mandó a Margarita.

Le hizo también decir que fuera a hablar con Lucía Matta, una viuda que estaba trasladándose a Chieri para asistir a su hijo estudiante. Fue un buen consejo. Margarita habló con esta mujer y se pusieron de acuerdo para que Juan, en Chieri, fuera a vivir con ella y con su hijo.

La pensión debía ser de 21 liras al mes. Margarita no podia pagarla completamente en dinero, pero se comprometió a proveerla de harina y de trigo, y Juan se obligó a hacer de criado en la casa: llevar el agua, preparar la leña para el fuego y la estufa, tender la ropa blanca…

REFLEXION


Cerca y lejos de nosotros hay siempre alguien que tiene necesidad de nuestra ayuda. una familia con muchos nuños, con algún enfermo, con ancianos, con desocupados, cerca de nosotros. Y lejos, están los leprosos de la India, los niños que mueren de sed en África.

¿Podemos hacer algo concreto por ellos?
No hay nadie tan pobre que no pueda hacer algo por alguien más pobre que él.

ORACION


Oh Padre y maestro de la juventud, San Juan Bosco,
que tanto trabajaste por la salvación de las almas,
sé nuestro guía en buscar nuestra salvación
y la salvación del prójimo.

Ayúdanos a vencer las pasiones
y cuidar el respeto humano.

Enséñanos a amar a Jesús Sacramentado,
a María Santísima Auxiliadora y a la Iglesia.

Alcánzanos de Dios una santa muerte
para que podamos encontrarnos juntos en el cielo.
Amén.