Patronazgos de San Juan Evangelista

San Juan Evangelista. Juan Ribalta. Museo del Prado. Madrid

Es el patrón de los teólogos, y en general, de los escritores. Sus numerosos patronazgos de corporaciones se explican casi todos por el suplicio en la Puerta Latina. La cuba de aceite hirviente donde fue sumergido le valió el voto de los bataneros, tintoreros y armeros, particularmente expuestos a las quemaduras, los candeleros o fabricantes de cirios que hacían hervir el sebo y vendían aceite de quemar, los aceiteros o propietarios de molinos y lagares de aceite.


Con el nombre de San Juan de la Puerta Latina, también es patrón de los impresores, libreros, encuadernadores, papeleros, copistas de manuscritos, grabadores al buril o talla dulce, porque casi todos los libros de la Edad Media estaban escritos en latín, o quizá porque San Juan aparece representado con frecuencia escribiendo.

Pero estos patronazgos pueden explicarse más simplemente por la cuba de aceite. Los impresores empleaban una tinta oleosa que han comparado con el aceite. Otro tanto ocurre con los grabadores. La tela que emplean los fabricantes de papel se macera en cubas y los encuadernadores también emplean pieles curtidas en cubas de madera.


San Juan Evangelista con la copa envenenada. Alonso Cano. Museo del Louvre. París 


 Puesto que Cristo le había confiado a su madre desde la cruz, se convirtió en Virginis custos y por extensión en Virginum custos, es decir, protector de las vírgenes y de las viudas. A causa de la leyenda de la copa de veneno, san Juan también protegía contra los venenos.